La cuarta parte del libro de Randy Pausch "La última lección" se titula "Permite la reazliación de los sueños de otras personas" y empieza con un capítulo titulado "Estoy en mi luna de miel, pero si me necesitas...".
Empieza el capítulo narrando un episodio en el que Randy en una compra de víveres tuvo que pasar su tarjeta de crédito 2 veces, al final la máquina aparentemente por error había cobrado doble. Una compra de 16.55 dólares, vale lo suficiente como para ir y reclamar y gestionar todo el proceso, esperar y pasar un momento del todo aburrido? Francamente no, y toda mi vida he sido de los que reclaman poco, muy pocas veces me escandalizo ante un error en una tienda, restaurante, o cualquier otro proceso, francamente siempre prefiero el tiempo que invierto en mi mismo y prefiero no molestar a los demás. Cuántas veces ha resultado desagradable presenciar "escenas" de gente gritando, indignada hasta la cólera por cuestiones que podrían manejarse de una manera mucho más feliz.
Uno de los temas que más ha explorado Randy es el de la administración del tiempo, tiene varios papers, conferencias y creo que hasta un libro exclusivamente dedicado al tiempo, y en este capítulo hace una serie de recomendaciones muy generales pero altamente efectivas. Aqui las menciono:
- El tiempo debe ser aministrado de manera explícita, como el dinero. Un error altamente común en muchas personas es la inversión del tiempo en cuestiones sin valor. Y para eso Randy tiene una frase que resume todo lo que yo también pienso al respecto. "No importa lo bien que pulas la parte inferior de una baranda."
- Siempre puedes cambiar de plan, pero sólo si cuentas con uno. Hay que ser explícito también en los planes que uno tiene, dividirlos en tareas. Son inumerables las veces que nos ha ido mejor en la empresa cuando se dividen las tareas en muchos tickets pequeños en lugar de un solo gran ticket. Es así como uno puede darse cuenta rápidamente que algo puede hacerse mejor, o que el orden de las cosas puede cambiar, o si se puede avanzar las cosas en paralelo.
- Pregúntate: ¿Inviertes tu tiempo en las actividades adecuadas? Cuenta Randy una historia excelente, un recorte de periodico que conservaba contando la historia de una mujer embarazada que organizó una protesta contra un sitio local en construcción. A la mujer le preocupaba el ruido ocasionado. Pero lo irónico es que en la fotografía la mujer tenía un cigarro en la mano. ¿No hubiera estado mejor invertido el tiempo si lo dedicaba a dejar el cigarro en lugar de protestar? En nuestra sociedad son miles los ejemplos como este, y es una lástima, que distinto sería todo si nos pusieramos a trabajar en nuestros problemas. Apuesto que también disminuirían mucho los problemas que tenemos con los demás!
- Desarrolla un sistema eficiente de archivo. Randy recomienda archivar todo ordenadamente, y yo soy un testigo presencial de cómo el orden puede contribuir a la felicidad en tu vida. Mi madre es también una obsesiva del orden, tiene completamente todos los vouchers de consumo de sus tarjetas de crédito, organizadas por fecha en varios folders. Además mes a mes compara sus consumos contra los cobrados y anota cualquier diferencia. En alguna ocasión la cuenta no coincidió, y gracias a su orden pudo encontrar que le habían cobrado una transacción que realizó casi 9 meses atrás, en la tienda Ripley de Asia, sucedió que al reabrir la tienda en Asia para la siguiente temporada recien procesaron algunas transacciones del último día de la anterior. Esto le ahorro mucho tiempo de reclamos, colas, llamadas y rectificaciones.
- Piensa dos veces acerca del teléfono. Nuestra sociedad esta altamente orientada ahora al teléfono, pero este aparato resulta ser altamente intrusivo, te interrupe, corta inspiración, enfoque, y muchas veces extiende las conversaciones de más. Randy recomienda varias técnicas para acortar llamadas, por ejemplo caminar mientras hablas por altavoz, o tener siempre a la vista las cosas que estan pendientes, para que al verlas recuerdes que la llamada que estás atendiendo no es el único centro que necesita tu atención, y sobretodo las que me parecieron más graciosas pero efectivas, si te llama alguien para venderte algo cuelga mientras estas hablando, de esa manera es altamente probable que el operador de telemercado piense que hubo un error de conexión, o estas en un lugar con mala señal y pasará al siguiente en su lista. Y si deseas mantener una conversación corta, llama antes del almuerzo, 12:50, definitivamente la persona estará apurada y tú quedarás libre mucho más rápido.
- Delega. Nunca es demasiado pronto para delegar. Como jefe siempre me encuentro en la disyuntiva si delegar ciertas resposabilidades al personal, muchas veces por que quiero pensar que algo estaría mejor si lo hago yo mismo. Sin embargo, desde que implementamos una política de revisiones ahora casi el 90% del trabajo es producido por otros y yo sólo debo revisar que se cumpla con estándares y hacer un aseguramiento de calidad. Esto ha aumentado mi productividad y sobretodo la de la empresa a niveles impensados.
- Tómate un tiempo libre. No son vacaciones si lees tu correo constamente, o si desvías tus llamadas al celular. A veces, claro, un jefe puede obligarte a estar disponible, por ejemplo a Randy lo obligaron a estar disponible durante su matrimonio. Así que dejó un mensaje en su contestadora muy elocuente, "Hola, soy Randy. Esperé 39 años para casarme, así que mi esposa y yo estamos de viaje por un mes. Espero que tú no tengas problema con ello, pero mi jefe sí lo tiene. Tal parece debo estar disponible." Luego daba los datos de sus suegros, donde viven, y continua, "Si llamas al número de asistencia telfónica podrás obtener sus números de teléfono. Después si logras convences a mis nuevos parientes políticos que tu emergencia es más importanete que la luna de miel de su única hija, ellos te darán el teléfono de donde nos encontramos". Obviamente, no recibió ninguna llamada.
Termina el capítulo con una frase, una vez más, contundente:
El tiempo es todo lo que tienes, y puede suceder que un día te des cuenta de que tienes menos del que creías.
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